Con el propósito de
propender a la integración socio-cultural y promover el acceso igualitario a
bienes de cultura, nuestra Biblio lanza un nuevo proyecto.
Literatura narrada y leída en espacios no convencionales (parques, plazas, espacios verdes). Literatura desacralizada y puesta a disposición de todos, de modo gratuito.
Partimos de la horizontalidad como idea fundamental y del sincero anhelo por propiciar el sano vínculo con nuestro prójimo y el entorno.
MODUS OPERANDI:
Con modalidad "picnic literario", los comensales llevarán algo para compartir (mates, galletitas, etc.). Durante el encuentro se distribuirá literatura en formato "volante". Los textos serán leídos y grabados al aire libre.
El material registrado será luego transmitido en el programa :::PILOTOS DE RADIO:::
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[clic sobre el título para escucharlo]
Cuando llamaron a
comer
se abalanzaron los
tiranos
y sus cocotas
pasajeras,
y era hermoso
verlas pasar
como avispas de
busto grueso
seguidas por
aquellos pálidos
y desdichados
tigres públicos.
Su oscura ración de
pan
comió el campesino
en el campo,
estaba solo y era
tarde,
estaba rodeado de
trigo,
pero no tenía más
pan,
se lo comió con
dientes duros,
mirándolo con ojos
duros.
En la hora azul del
almuerzo,
la hora infinita
del asado,
el poeta deja su
lira,
toma el cuchillo,
el tenedor
y pone su vaso en
la mesa,
y los pescadores
acuden
al breve mar de la
sopera.
Las papas ardiendo protestan
entre las lenguas
del aceite.
Es de oro el
cordero en las brasas
y se desviste la
cebolla.
Es triste comer de
frac,
es comer en un
ataúd,
pero comer en los
conventos
es comer ya bajo la
tierra.
Comer solos es muy
amargo
pero no comer es
profundo,
es hueco, es verde,
tiene espinas
como una cadena de
anzuelos
que cae desde el
corazón
y que te clava por
adentro.
Tener hambre es
como tenazas,
es como muerden los
cangrejos,
quema, quema y no
tiene fuego:
el hambre es un
incendio frío.
Sentémonos pronto a
comer
con todos los que
no han comido,
pongamos los largos
maneles,
la sal en los lagos
del mundo,
panaderías
planetarias,
mesas con fresas en
la nieve,
y un plato como la
luna
en donde todos
almorcemos.
Por ahora no pido
más
que la justicia del
almuerzo.
Pablo Neruda
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