sábado, 18 de febrero de 2012

Suicida


Porqué viene la baguala
 y aquí se pone a doler.  

(Canción de las cantinas 
Manuel J. Castilla - Rolando Valladares)


No pensaba ya en los templos 
desviscerados por las mayúsculas 
con que los hombres 
mensuraban su nombre y lo alejaban. 
Ahora sólo quedaba espacio 
para extender la mirada hacia el follaje 
de los árboles de Plaza Alberdi. 

 Esbozaba el aire de volcar 
todos los cielos ausentes para el porvenir
en el concentrado infinito 
de una flor de tarco, 
cuando vio pasar
a un apocado niño cargando, 
en el mohoso intervalo tambaleante de las costillas 
una transparente incomodidad que se confundía 
y que él reconoció 
como a uno de sus cadáveres, 
anoche también 
había divisado otro, 
pero como un ahogado 
en la pulpa fatigada 
de los ojos del caballo 
que tiraba el carro de un cartonero. 

Aquello lo vistió de la angustia:
 un regusto de barro de ceniza 
sólo equiparable a aquel 
donde se extravió, 
irrecuperable y de bruces, 
cuando escuchó por primera vez 
Canción de las cantinas 
(interrogatorio puesto al lomo 
rresuelto de una noche expiando 
laberintos de la osteoporosis del vino). 

 Entonces, Dios comprendió sus ganas 
de elegir un banco, 
acurrucarse inabarcable y fetal 
y abrirse el cuello 
para que la muerte le entre y se abisme 
a falta de madre que lo arrulle. 

Gabriel Gómez Saavedra



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