Una mujer de curvas dulzuras, bailando/ como desprendida de mis sueños/ suspendida en el aire, cobra vida/. Dibujada por una mano prodigiosa, así la devolvía los resplandores del espejo./ Soy la dimensión, una voz, no un silencio, me dice/ Y se fue por la ventana danzando/ a esos cielos errantes./ El espejo devolvió mi rostro/ con los restos de un naufragio de otro sueño/ La mujer se hizo esencia cruzando toda sombra con su propia vida, con su propio pensamiento.-
Héctor Cabot
*Una foto de Daniel Burgos.
***
No hay comentarios:
Publicar un comentario